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Trump pide más sanciones económicas contra Irán, pero no habla de más acciones militares

President Trump
El presidente Trump se dirige a la nación el miércoles desde la Casa Blanca en relación con el ataque con misiles que Irán lanzó contra las bases aéreas iraquíes que albergan a las tropas estadounidenses.
(Associated Press)

El presidente Trump dijo el miércoles que impondría sanciones económicas adicionales a Irán, pero no pidió ninguna acción militar agregada en respuesta a los ataques con misiles de Teherán a las fuerzas estadounidenses en Irak.

“Nuestras fuerzas están preparadas para cualquier cosa”, dijo Trump en un discurso desde la Casa Blanca. “Parece que Irán se está retractando, lo que es bueno para todas las partes interesadas y bueno para el mundo”.

Trump señaló que ningún estadounidense o iraquí murió en el ataque “debido a las precauciones tomadas, la dispersión de las fuerzas y un sistema de alerta temprana que funcionó muy bien”.

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Los expertos militares dijeron que el ataque con misiles de Irán parecía haber sido calibrado para evitar bajas, apuntando a los hangares de aviones y otros equipos en las dos bases en Irak que fueron atacadas.

Hace unos días, Trump amenazó con ordenar un ataque si Irán atacaba bases o intereses estadounidenses. Pero después del ataque, el presidente hizo un mensaje más conciliador en su característico discurso belicoso, pidiendo que Estados Unidos y otras potencias mundiales negocien un nuevo acuerdo con Irán para controlar el programa nuclear de ese país e instando a esfuerzos conjuntos de EE.UU e Irán contra los militantes del Estado Islámico.

Los funcionarios estadounidenses no han confirmado ninguna baja por los misiles balísticos disparados desde Irán, y tanto Teherán como Washington señalaron el martes por la noche que estaban preparados para retroceder del borde del precipicio. El discurso de Trump solidificó esa impresión, al menos por ahora.

En los últimos cinco días, Trump había amenazado repetidamente con desatar un ataque devastador contra Irán si llevaba a cabo cualquier respuesta militar al ataque con aviones no tripulados de Estados Unidos, que tuvo como objetivo matar al general de división Qassem Suleimani, un alto comandante iraní. Su muerte enfureció a los líderes de Irán.

Pero después de sugerir un importante conflicto militar en un año electoral, Trump parecía reacio a seguir con su propia retórica.

Trump describió los ataques de represalia de Irán como algo menos que una gran provocación. El presidente que estaba flanqueado por el vicepresidente y su equipo de seguridad nacional mientras hablaba desde un teleprompter, defendió el ataque contra Suleimani, a quien calificó de “terrorista”. Y repitió su promesa de no permitir que Irán se convierta en una potencia nuclear.

Instando a las potencias europeas a abandonar de una vez por todas el marco del acuerdo nuclear de 2015 con Irán, Trump pidió a las principales potencias europeas, Rusia y China, que ayudaron a negociar ese convenio, que forjaran un “acuerdo con Irán que haga del mundo un lugar más seguro”.

Irán podría “tener un gran futuro” de prosperidad y armonía con el mundo, dijo, y agregó que Estados Unidos está listo para “abrazar la paz con todos los que la buscan”.

Con los nueve minutos de comentarios del presidente desde el vestíbulo de la Casa Blanca el miércoles por la mañana, la crisis inmediata parece aliviarse, pero los efectos a largo plazo en la política exterior son menos claros, dados los repetidos intentos del mandatario de castigar a Irán. Trump ha instado a los líderes de Irán a negociar con él en el pasado, y aunque volvió a ofrecer esa ‘rama de olivo’ el miércoles, no hizo ninguna oferta específica para aflojar las restricciones económicas que han asfixiado la economía de Irán.

Trump se reunió el martes por la noche en la Casa Blanca con su equipo de seguridad nacional, incluyendo el secretario de Defensa Mark Esper, el secretario de Estado Michael R. Pompeo y el general Mark A. Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto.

Aunque se habló en privado de un discurso presidencial el martes por la noche, el único mensaje de Trump a la nación llegó en un tweet nocturno, que fue notablemente menos belicoso -incluso optimista- que sus anteriores amenazas y advertencias a Irán. No incluía ninguna palabra en mayúsculas, una señal de relativa moderación para él.

El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Javad Zarif, también señaló que los líderes de su país estaban listos para dar marcha atrás después de los ataques con misiles, que fueron lanzados poco antes de las 2 de la mañana del miércoles en Irán.

“Irán tomó y concluyó medidas proporcionales en defensa propia bajo el Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, base de ataque desde la cual se lanzó el cobarde ataque armado contra nuestros ciudadanos y funcionarios de alto nivel”, escribió Zarif. “No buscamos una escalada o una guerra, sino que nos defenderemos de cualquier agresión”.

El primer ministro de Irak, Adil Abdul-Mahdi, dijo el miércoles que Irán advirtió a Bagdad sobre el ataque aproximadamente 80 minutos antes de que comenzara y que “el ataque se limitaría a los lugares donde el ejército estadounidense está presente en Irak sin especificar los objetivos [de los ataques]”. Estados Unidos también notificó a los iraquíes cuando el ataque con misiles se estaba llevando a cabo, afirmó el primer ministro.

Barham Salih, presidente de Irak, emitió una declaración que “pide a todas las partes que ejerzan autocontrol y sabiduría”.

Trump se ha jactado de haber ordenado el ataque con aviones no tripulados contra Suleimani, a quien Estados Unidos consideraba un terrorista por su papel de apoyo a las milicias chiitas que luchaban contra las fuerzas estadounidenses durante la ocupación de Irak.

Incluso si la crisis no lleva a una guerra total, los ataques de “ojo por ojo” han desestabilizado la ya volátil región.

Después del ataque con aviones no tripulados contra Suleimani, Irán anunció que ya no acataría las restricciones de enriquecimiento de uranio impuestas por el acuerdo nuclear de 2015 que Irán acordó con Estados Unidos y otras cinco potencias mundiales.

El futuro de la presencia militar estadounidense en Irak es ahora una cuestión abierta, y una reducción de fuerzas, algo que Trump ha buscado desde hace mucho tiempo, podría crear un vacío que sería llenado por el Estado Islámico o las milicias chiitas apoyadas por Irán en un momento en que el sentimiento antiamericano está creciendo. Y sigue existiendo la posibilidad de ciberataques “ojo por ojo” en lugar de una escalada militar.

Además, la perspectiva de conversaciones cara a cara entre Estados Unidos e Irán sobre la reducción de las capacidades nucleares de Teherán parece poco clara. Trump se retiró del acuerdo nuclear en 2018 e impuso severas sanciones a Irán en un esfuerzo, hasta ahora infructuoso, de forzar a Irán a regresar a la mesa de negociaciones.

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