Ministro brasileño confía en que el Congreso aprobará reforma de pensiones
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Washington — El ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, confió hoy en que la reforma del régimen de pensiones que lidera el Gobierno de Jair Bolsonaro en su país sea aprobada por el Congreso, donde se ha enfrentado a la oposición de la izquierda.
Al participar en Washington en un encuentro organizado por el centro de estudios Brookings Institute, Guedes expuso las políticas promovidas por la Administración de Bolsonaro y destacó que la opinión pública en Brasil ha entendido que su país no puede convertirse en Grecia o Portugal.
En ese contexto, defendió que, de no ser aprobada esta iniciativa con la que el Gobierno aspira a ahorrar unos 265.000 millones de dólares en una década, “no solo colapsaría la seguridad social sino también los salarios públicos”, y advirtió de que irían “a la quiebra”.
“El Congreso, los alcaldes y los gobernadores con quienes converso también están quebrados y la seguridad social es el principal problema, por lo tanto ellos necesitan la reforma”, puntualizó el ministro, que, aunque admitió que nadie quiere un cambio, todos entienden que se necesita.
Guedes, quien expuso entre los pilares de la política económica que lidera esta medida, además de la reducción de gastos mediante la venta de activos, la simplificación fiscal y la disminución de la deuda, dijo que espera que la reforma de las pensiones pueda ser aprobada en el Legislativo antes de que concluya el primer semestre.
Este economista formado en la cuna del liberalismo más ortodoxo, la Universidad de Chicago (EE.UU.), compareció el pasado miércoles en Brasil ante la comisión parlamentaria que analiza la polémica reforma del régimen de pensiones, y afirmó que si esa iniciativa no era aprobada el país “irá a la quiebra”.
Ese día, en una sesión de casi siete horas, marcada por fuertes debates entre Guedes y la oposición de izquierdas, que llevaron a cancelar la audiencia, el ministro defendió con fervor la propuesta, que pretende establecer una edad mínima para acceder a la jubilación.
Dicho requisito, que no existe en la legislación brasileña, pasaría a ser de 62 años para las mujeres y de 65 para los hombres.
La reforma prevé, además, la sustitución progresiva del actual régimen de reparto por un sistema de capitalización individual, similar al que existe en Chile, lo que ha sido criticado por la oposición de izquierda, ante lo que considera una “entrega” de los fondos de las jubilaciones a la banca privada.
Guedes ha defendido que con el ahorro alcanzado con la reforma se acabaría con el déficit fiscal crónica y se liberarían recursos para la inversión en áreas esenciales, como salud y educación.