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Un PRD dividido deja a López Obrador como único refugio de izquierda mexicana

Sin la figura de un líder que le dé unidad, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) palidece y vive un desmembramiento que abre la puerta a su desaparición, dejando a Andrés Manuel López Obrador como el único refugio de la izquierda mexicana, coinciden expertos consultados por Efe.

Desde 1989, cuando fue creado bajo el mando de Cuauhtémoc Cárdenas, el partido vive “el momento más crítico” de su historia, asevera el analista político Federico Berrueto.

En las últimas semanas, el PRD ha protagonizado una serie de episodios de batallas internas que han hecho tambalear su estructura.

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Un cuestionado proceso de elección ha hecho que el partido sea el último en designar su candidato para los comicios a gobernador en el Estado de México, que se celebrarán el próximo 4 de junio y que según algunos analistas pueden marcar el signo de las presidenciales de 2018.

Poco antes de que el PRD desvele quién será su apuesta, el precandidato Eduardo Neri anunció hoy su renuncia al partido porque, según afirmó, las encuestas que se han tomado en cuenta para esta decisión están manipuladas.

En tanto, en el Senado el grupo parlamentario se encuentra oficialmente descabezado después de que Miguel Barbosa renunciara a su cargo como coordinador tras expresar su apoyo al experredista López Obrador, ahora líder del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), para las elecciones presidenciales.

“El PRD siempre ha sido un partido de caudillos (...) y se quedó sin una figura que lo cohesionara”, afirma Berrueto.

Tras Cárdenas y López Obrador, quien abandonó la agrupación tras perder las elecciones de 2012 frente al actual presidente, Enrique Peña Nieto, el PRD carece de un “líder emblemático”.

El experto considera que “pudo haber sido el jefe de Gobierno (de la Ciudad de México) Miguel Ángel Mancera, pero (éste) calculó que le iba mejor como ciudadano que como perredista, aunque el PRD lo haya llevado al poder”.

El llamamiento que la semana pasada hizo López Obrador a la presidenta del PRD, Alejandra Barrales, para que “dé el paso” y los de esa formación se unan a Morena materializa la incertidumbre que se respira sobre el futuro del partido, en la que no faltan quienes auguran una posible desaparición.

Todo depende, valora Berrueto, de a quién decidan acercarse de cara a los próximos comicios presidenciales.

Si se alían a López Obrador, quien impondría sus condiciones por ser el jugador con las cartas más fuertes, independientemente de que gane o pierda “le vendrían momentos muy difíciles al PRD”, apunta.

En caso de que Morena gane, la “presión para su desaparición (del PRD) sería altísima”, aunque si perdiera, el perredismo contaría con más opciones de “continuar”.

Otro escenario sería establecer una alianza con el conservador Partido Acción Nacional (PAN), como ha hecho en otros comicios. Si esta unión resultara victoriosa, “el PRD tendría muchas posibilidades de reconstruirse”, afirma el analista.

La aproximación de nombres del PRD a Morena se explica porque, en primer lugar, “su principal atractivo es que (López Obrador) es un candidato que tiene posibilidades de triunfo”.

Además, señala Berrueto, el nombre de López Obrador para muchos es sinónimo de “honestidad”, lo cual es especialmente relevante porque “la corrupción es la principal debilidad de todos los partidos políticos” en el país.

A finales de la década de los 80, el PRD nació como una coalición de partidos políticos de izquierda y otras corrientes sociales.

“Surge como una vía para una lucha muy válida por la democracia en su momento con Cuauhtémoc Cárdenas y logra sin duda un cambio, pero no se consolida como un proyecto como tal”, argumenta el investigador político Ulises Flores.

El partido falló en su oportunidad de crear una representación de izquierda que respondiera a las necesidades concretas que tiene México, y ahora “parece prácticamente” que no hay “izquierda en el país”.

Actualmente, “si eres de izquierda, prácticamente o eres de Morena o eres independiente”, considera el analista, para quien el PRD ha quedado reducido a un rol que consiste en “siempre estar negociando” y cediendo sus votos de cara a las propuestas de los otros partidos.

Para Flores, el PRD se mantendrá con vida hasta las elecciones presidenciales, pero no más allá porque “lo están dejando hecho pedazos”.

“La verdad es que veo que el último que salga va a apagar la luz”, concluye.

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