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Autoridades federales tratan de evitar un choque con las milicias en Oregon

El ganadero de Arizona LaVoy Finicum hace guardia en el edificio federal ocupado por los activistas.

El ganadero de Arizona LaVoy Finicum hace guardia en el edificio federal ocupado por los activistas.

(Rick Bowmer / AP)

Mientras que las autoridades locales y los agentes federales han mantenido un perfil extraordinariamente bajo en la confrontacion con los ganaderos y activistas que ocupan la sede del refugio nacional de vida silvestre Malheur, un comandante jubilado del FBI, dijo que estaría sorprendido si las autoridades no han monitoreado cada movimiento de los ocupantes.

Greg Vecchi, ex jefe de la Unidad de Ciencias del Comportamiento del FBI, dijo que la agencia seguramente se está preparando para, en el peor de los casos, tomar por la fuerza la sede ocupada del refugio natural, y que – siguiendo los procedimientos que conocía – probablemente había construido un conjunto de edificios que se asemejan a los de Oregon y ha llevado a cabo prácticas para la realización de un ataque táctico coordinado.

“Han encontrado un edificio o han armado rápidamente una maqueta del edificio y están practicando, colocando actores principales ahí para representar a las personas que se encuentran adentro”, dijo Vecchi, quien se jubiló en el 2014 y escribió su tesis doctoral sobre las situaciones de rehenes.

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“Están desplegando helicópteros, fabricando granadas aturdidoras, llegando con [vehículos blindados de transporte de personal], por si esto sucede, es como lo que los SEALS de la Marina hicieron con Osama bin Laden”, dijo. “Practicar, practicar y practicar”.

Pero un ataque táctico es una opción de último recurso y en los últimos años los agentes federales han tomado un enfoque de ‘esperar a que se cansen’ para los posibles enfrentamientos como el de Oregon. El plan táctico más mesurado fue formado por el retroceso de los asedios mortales en Ruby Ridge, Idaho y cerca de Waco, Texas.

La desventaja es que las autoridades a veces terminan pareciendo ser débiles – los activistas se quedan impunes tras haber infringido la ley, se escapan de las multas y otros castigos potenciales.

Pero las autoridades dijeron que el evitar la pérdida de vidas es el objetivo de un enfoque más reservado.

“Tenemos suficiente potencia de fuego, tenemos suficientes armas, tenemos suficiente equipo y tecnología para recuperar la zona”, dijo el ex agente del FBI James Wedick. “Es mejor no llegar con una abrumadora apariencia de fuerza y hacer que algo suceda.

“El enfoque”, dijo, “es de disminuir la tensión”.

En casos similares al que se ha desarrollado en Oregon, Vecchi dijo que el FBI establece lo que los agentes llaman un perímetro físico y verbal – fuera de la vista, pero observando los movimientos de los sujetos de un asedio.

El refugio natural de 19 edificios localizado a aproximadamente 30 millas afuera de Burns, Oregon, fue ocupado el sábado por un grupo de activistas que llegaron para protestar por la encarcelación de un padre e hijo ganaderos que ya habían pasado tiempo tras las rejas antes de que un juez determinara que sus sentencias fueron demasiado cortas.

Para determinar el número de personas que se encuentran dentro del complejo, Vecchi dijo que el FBI probablemente está utilizando cámaras de imagen térmica para detectar las señales de calor y hará que sus actores imiten las ubicaciones y los movimientos de las personas que se encuentran adentro.

A principios de la década de 1990, el FBI tenía dos equipos principales para hacerle frente a una crisis: los negociadores de rehenes y los equipos de ataque táctico. Entre los dos grupos existió una tensión natural, en base a su enfoque preferido para ponerle fin a una crisis.

Cuando los Davidianos le dispararon y mataron a los agentes de la ATF dentro del rancho de Mount Carmel Center cerca de Waco en febrero de 1993, el FBI llegó como una fuerza de ocupación. Eso, dijo Vecchi, fue un error cuando se hace frente a un grupo de extremistas ya profundamente sospechosos del gobierno federal.

El asedio de Waco terminó cuando el FBI lanzó gas lacrimógeno dentro del edificio, los Davidianos les dispararon y un enorme incendio consumió al rancho, matando a la mayoría de las personas que se encontraban adentro, incluyendo a niños.

Tras el desastroso asedio, la tensión entre los comandantes de la negociación y los grupos tácticos se convirtió en la historia dominante. El entonces director del FBI, Louis Freeh, reorganizó el enfoque ante una crisis de la agencia y combinó a los dos grupos, exigiendo un enfoque más coordinado.

La primera victoria para la visión de Freeh fue en Montana en 1996, cuando un grupo conocido como los Freemen resistió a las autoridades durante 81 días. El asedio terminó pacíficamente.

Una de las claves para esa rendición, dijo Vecchi, fue un intermediario. Los Freemen se negaron a tratar con el FBI, así que la agencia recurrió a un Sheriff local para ayudar a ponerle fin a las cosas.

“Entrenaron al Sheriff sobre cómo negociar y [Freeman] consideraron al negociador como confiable”, dijo Vecchi. “No había ninguna razón para hacer otra cosa”.

En Oregon, el sheriff del Condado de Harney Dave Ward ya se ha establecido como un oponente de la ocupación, pidiéndoles a las personas que se encuentran dentro del refugio a empacar sus cosas y regresar con sus familias.

El ex agente del FBI Dennis Franks, quien ahora vive en Houston, dijo mientras observaba como se desarrollaba la situación en Oregon por televisión, que agradeció silenciosamente el nuevo enfoque de la agencia. Franks fue miembro del equipo de ataque táctico durante el asedio de Waco – aunque no en el día del mortal ataque final.

Estuvo ahí cuando el FBI estableció un perímetro masivo, con agentes de Dallas, El Paso y San Antonio respondiendo a la situación. La abrumadora demostración de fuerza fue reconfortante después de la matanza de los agentes de la ATF, pero la situación no le parecía correcta.

“Tenía esta sensación de que no saldría bien”, dijo.

El FBI cortó los suministros del grupo – algo que ninguna agencia ha propuesto todavía en Oregon – y toco música ruidosa para tratar de instarlos a salir, una táctica de la década de 1990 que también ha entrado en desuso.

“Se cometieron errores de los cuales se ha aprendido mucho”, dijo Franks. “Y particularmente en este tipo de situaciones, con manifestantes antigubernamentales, el presentarse en gran fuerza sólo aumentaría más su causa y la histeria de las personas que han adoptado esa creencia”.

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