Anuncio

Crónica/ Una reunión que terminó en una ejecución

Eran alegres y les gustaba tener amigos. Desde hace un año fueron llegando, una a una, a ese departamento de la Colonia Narvarte.

La noche del jueves pasado todo comenzó como una fiesta, una reunión entre amigos. Pero terminó en la ejecución de cuatro mujeres y un hombre.

Testimonios de vecinos y las indagatorias realizadas hasta el momento por la Procuraduría capitalina dan cuenta de los hechos en los que fueron asesinadas Yesenia Quiroz, Nadia Vera, Nicole, Alejandra y Rubén Espinosa.

Anuncio

Las declaraciones ministeriales refieren que la noche del jueves llegaron al departamento de Luz Saviñón tres mujeres y cinco hombres.

Ahí convivieron durante la noche y la madrugada del viernes.

Otra de las residentes del departamento, Esbeidy, no participó de la reunión, pues no conocía a los invitados de sus amigas, y prefiero ir a dormir. Por la mañana del viernes salió a trabajar. Todo estaba en orden.

Los vecinos recuerdan que hace casi un año, Esbeidy llegó a vivir al edificio y después llegaron a vivir con ella Nadia Vera, Yesenia Quiroz y Nicole.

En esta última reunión, la música de banda y salsa sonó a volumen bajo. Una de las residentes salió a la calle con un hombre moreno, de aproximadamente 1.85 metros y con rastas. Abrieron la cajuela de un Mustang negro, sacaron algo y regresaron al domicilio.

Hacia las 14:00 horas del viernes, una mujer de aproximadamente 1.60 metros de altura, con rayos en el cabello y acento colombiano, hablaba por celular recargada en el Mustang.

Dos horas después el auto, que había permanecido 15 días estacionado ahí, ya no estaba.

Por la noche, Esbeidy regresó de trabajar. Abrió la puerta del departamento y su hogar se convirtió en la escena del crimen.

En una recámara estaban los cuerpos de Nadia Dominique Verá Pérez, una activista en derechos humanos en Xalapa, Veracruz, y su amigo Rubén Espinosa Becerril, un fotoperiodista que hace 8 años se fue a ese estado en busca de mejores oportunidades, pero que en un junio volvió al DF tras denunciar amenazas por su trabajo.

En otro cuarto, desnuda, oculta debajo de la cama y ya sin vida, estaba Nicole, una joven colombiana que se dedicaba al modelaje y trabajos de edecán.

En esa misma habitación, maniatada, estaba Yesenia. La joven originaria de Mexicali, amante de las motocicletas, era maquillista y estudiaba belleza.

En uno de los dos baños estaba el cuerpo de Alejandra, la empleada doméstica de 40 años de edad que había llegada a las nueve de la mañana de ese viernes sólo a hacer la limpieza.

Todas las víctimas tenían escoriaciones y un disparo en la cabeza, conocido como el tiro de gracia.

Anuncio