Anuncio

Los ecuatorianos buscan comida y agua tras el terremoto

Mujeres con sus hijos hacen fila durante más de una hora para recibir alimento y agua del gobierno, días después de un sismo en Crucita, Ecuador. (Foto AP/Rodrigo Abd)

Mujeres con sus hijos hacen fila durante más de una hora para recibir alimento y agua del gobierno, días después de un sismo en Crucita, Ecuador. (Foto AP/Rodrigo Abd)

(Rodrigo Abd / AP)
Varias personas duermen afuera de un lugar donde buscaron cosas útiles entre los escombros causados por un terremoto en Manta, Ecuador. El daño causado por el terremoto del sábado 16 de abril de 2016 incrementó las dificultades económicas de este país andino. (Foto AP/Rodrigo Abd)

Varias personas duermen afuera de un lugar donde buscaron cosas útiles entre los escombros causados por un terremoto en Manta, Ecuador. El daño causado por el terremoto del sábado 16 de abril de 2016 incrementó las dificultades económicas de este país andino. (Foto AP/Rodrigo Abd)

(Rodrigo Abd / AP)

Miles de ecuatorianos prefieren dormir a la intemperie y luchan cada día por conseguir comida y agua, mientras las réplicas continúan sacudiendo las ciudades arrasadas por un fuerte terremoto.

Los soldados indican a un hombre dónde debe hacer fila para recibir comida y agua que reparte el gobierno por el terremoto en Manta, Ecuador. (Foto AP/Rodrigo Abd)

Los soldados indican a un hombre dónde debe hacer fila para recibir comida y agua que reparte el gobierno por el terremoto en Manta, Ecuador. (Foto AP/Rodrigo Abd)

(Rodrigo Abd / AP)
Anuncio

Prácticamente todos los edificios en la población costera de Canoas quedaron reducidos a escombros. Los residentes que duermen en refugios improvisados dicen que solo rezan para que no llueva.

Un poderoso terremoto de magnitud 6,0 sacudió la costa la noche del jueves, seguido por temblores más pequeños. El presidente Rafael Correa dijo que se prevén más réplicas y ha pedido a la gente que mantenga la calma y que resista.

Los rescatistas han advertido de retrasos en la distribución de agua y temen que en los campamentos se esparzan las enfermedades transmitidas por mosquitos.

El recuento de muertos se elevó a por lo menos 587 la noche del jueves, mientras los rescatistas continuaban buscando a posibles sobrevivientes entre los escombros.

Anuncio