Trabajadores agrícolas caminan por el derecho a ser representados sindicalmente y sin represalias
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Xóchitl Núñez ha caminado decenas de millas desde el 3 de agosto. Camina junto a varias decenas de trabajadores del campo que están convencidos de que cualquier sacrificio que hagan vale la pena para conseguir su objetivo: La firma por parte del gobernador de la iniciativa AB 2183.
Partieron el 3 de agosto de Delano y buscan llegar a Sacramento el 26 de este mes, donde le exigirán al gobernador Gavin Newsom que convierta en ley dicha iniciativa que permitiría que los trabajadores agrícolas pueden solicitar la representación de la Unión de Trabajadores Agrícolas (UWF), sin necesidad de llenar la petición dentro del campo agrícola donde trabajan.
“Eso es muy importante para nosotros dice Núñez, quien trabaja en la recolección de nectarinas y duraznos en diferentes campos agricolas. “Si logramos que apruebe la ley, podremos exigir nuestros derechos y tener la representación sindical, sin temor a que nos despidan, tal y como ocurre actualmente”, dice esta mujer de 52 años y madre soltera.
Núñez asegura que el gobernador Newsom recibió el apoyo de los trabajadores agrícolas cuando enfrentó un proceso de destitución el año pasado. “El se comprometió a firmar la AB 2183, pero cuando llegó a su escritorio la vetó”, dice Núñez.
Para presionar al gobernador, una caravana de trabajadores agrícolas quiere llegar hasta el Capitolio del estado y pedirle a Newsom que cumpla su promesa.
“El año o pasado, cuando pensamos que iba a firmar la ley, habíamos organizado una marcha similar para agradecerle el apoyo, pero nos cayó como un balde de agua fría cuando nos llegó la información de que había vetado la iniciativa AB 2183.
Un balde de agua fría es lo que han necesitado Núñez y sus compañeros en este recorrido en el que han enfrentado temperaturas de hasta 110 grados Fahrenheit. “La gente nos ha recibido muy bien. Cuando entramos en los pueblos nos ofrecen agua, comida, y hasta alojamiento”.
A diferencia del año anterior, cuando marchaban para celebrar, en esta ocasión se han valido de las redes sociales para dar a conocer su mensaje a lo largo de la extensa zona agrícola del Valle Central.
“La gente entiende la importancia de esta lucha”, dice Núñez, quien asegura que la posibilidad de trabajar bajo un sindicato y con un contrato, les permitirá mejorar sus condiciones de trabajo. “Aquí en los campos existe un grave problema de acoso sexual hacia las mujeres, pero no puedes quejarte, porque lo más probable es que te despidan”, dijo Núñez, quien dijo haber sufrido esa experiencia.
El martes, mientras trasportaba el agua y los baños en una camioneta, un auto golpeo el vehículo que manejaba, y aunque hoy le duele la espalda, el cuello y tiene grandes ampollas en los pies, no piensa abandonar la marcha.
“Es justo y es algo que podemos dejarle a nuestros hijos y nietos, de la misma manera que lo hicieron los primeros que organizador la Unión de Trabajadores Agrícolas”, aseguró.
La jornada 18 de la caminata empezo muy temprano en Livingston, antes de que el sol apareciera con toda su fuerza en este gigantesco valle agricola.
Llegaron a Turlok, un poblado de 72,000 habitantes y fueron recibidos por más de 400 personas, que les ofrecieron música, agua y comida. Aunque faltan todavía alrededor de 100 millas para cumplir su objetivo, sienten que la meta está muy cerca.
Al ver a la multitud reunida Núñez sonrió y entonces se detuvo en una sombra para curar sus pies ampollados.
Mientras veia emocionada el recibimiento de tantos trabajadores como ella, recordó el famoso dicho del fundador de la Unión de Trabajadores Agricolas, Cesar Chavez, “Si se puede, Si se puede”.
Mañana será otro día.
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