Una amarga disputa termina cuando las agencias de agua de California se comprometen a cooperar sobre el río Colorado
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Hace dos años, un pacto para salvaguardar los menguantes suministros de agua en el oeste entró en vigor durante una ceremonia en lo alto del río Colorado.
En una terraza con vistas a la presa Hoover, funcionarios del agua de los siete estados que se basan en el río se habían reunido para firmar un contrato con la esperanza de prevenir la caída de los depósitos a niveles críticamente bajos.
La audiencia que rompió en aplausos incluyó a funcionarios de los principales distritos de agua de todo el oeste que proveen de suministro a Denver, Phoenix y Los Ángeles. Pero la ausencia notable en la ceremonia de mayo de 2019 fue la de los representantes del Distrito de Riego Imperial de California (IID por sus siglas en inglés), el mayor consumidor de agua del río Colorado.
Los administradores del distrito de riego agrícola en el Valle Imperial habían estado encerrados en una acalorada disputa con el otro gigante del agua del estado, el Distrito Metropolitano del Agua del Sur de California (MWD por sus siglas en inglés), y estaban demandando para impugnar el trato.
Ahora, más de dos años después, las condiciones se han vuelto cada vez más terribles. A medida que los embalses más grandes del río Colorado se encuentran en sus niveles más bajos registrados, y mientras una sequía implacable intensificada por el cambio climático continúa devastando el oeste, los administradores del agua en toda la región han reconocido que se necesita una mayor cooperación y pasos más amplios para evitar que los depósitos queden vacíos.
Con ese fin, el IID anunció la semana pasada que acordó resolver su disputa con el MWD, un cambio importante que significa que los dos usuarios más grandes del río Colorado en California podrán volver a trabajar juntos para tomar menos agua del río, en un esfuerzo por abordar la crisis.
“Creo que en el futuro básicamente podemos pensar de una forma más cooperativa, mientras se nos ocurren diferentes soluciones u opciones”, comentó el gerente general de IID, Henry Martínez. Resolver la disputa, agregó, abre la puerta a más “discusiones creativas con Metropolitan”.
El IID había presentado la primera de las dos demandas en contra de MWD en abril de 2019, pidiendo a un tribunal del estado bloquear un conjunto de acuerdos denominado Plan de Contingencia de Sequía. Bajo la estrategia, California, Nevada y Arizona acordaron participación en los recortes de agua para reducir los riesgos de depósitos en declive hasta llegar a niveles peligrosamente bajos.
Los funcionarios del distrito habían presionado para que los problemas de la disminución del mar de Saltón fueran parte del trato, y en su demanda pidieron más análisis de los impactos ambientales del acuerdo. También habían estado presionando para obtener fondos del gobierno federal a fin de ayudar en las condiciones de deterioro de este lago, donde las crecientes extensiones de lecho seco han enviado polvo tóxico a las ciudades circundantes, lo que contribuye a las altas tasas de asma.
Al final, el acuerdo de sequía que surgió después de las negociaciones no incluía fondos para proyectos en el mar de Saltón, y los miembros de la junta del IID decidieron no participar en el acuerdo.
Los funcionarios del MWD y otros distritos siguieron adelante por su cuenta, aprobando el pacto sin Imperial. Cuando firmaron el convenio en mayo de 2019, acordaron cargar con los posibles recortes de agua de California.
Más tarde, un juez falló a favor del MWD y una apelación estaba pendiente cuando las dos agencias acordaron resolver los casos.
Al poner fin a la disputa, el IID se une a otros distritos de California al aceptar participar en posibles cortes de agua, aunque su participación sería menor de lo que se había discutido originalmente durante las negociaciones de hace unos años.
Según el acuerdo, que se firmó este mes, el IID se unirá a otras agencias para dejar algo de agua en el lago Mead si el nivel del embalse continúa cayendo y llega a un punto de activación para que California comience a participar. Las entregas de agua ya se están reduciendo a Arizona, Nevada y México.
El MWD también se comprometió a apoyar el uso de fondos federales en el mar de Saltón para ayudar a expandir el programa estatal de construcción de humedales, restauración del hábitat y control del polvo a lo largo de las costas en disminución.
El IID entrega agua a las tierras que cultivan gran parte de las verduras de la nación en el invierno y también producen heno, así como otros cultivos.
El mar de Saltón se ha mantenido durante mucho tiempo por el agua que drena de los campos agrícolas en el Valle Imperial, y su declive se ha acelerado con la implementación de acuerdos en los que el IID está transfiriendo agua a áreas urbanas en el sur de California. Su ecosistema también está cambiando a medida que el lago se vuelve más salado con la evaporación, y las poblaciones de aves que alguna vez fueron numerosas, como pelícanos y cormoranes de doble cresta, se han desplomado.
Durante años, los funcionarios de Imperial han presionado para que el estado acelere los proyectos demorados durante mucho tiempo para construir humedales a lo largo de las costas expuestas del mar de Saltón, advirtiendo que el polvo arrastrado por el viento representa un peligro para la salud en ciudades con poblaciones predominantemente latinas, donde muchas personas realizan trabajos agrícolas.
Para las comunidades en el Valle Imperial, el mar de Saltón “sigue siendo una prioridad máxima y una que no debe ser ignorada”, comentó Antonio Ortega, vocero del IID. “El lago continúa planteando serios desafíos ambientales y de salud pública que afectarán a la vida silvestre, así como a las comunidades en todo el sur de California”.
Los dos distritos de agua han acordado “coordinar los esfuerzos de promoción para ayudar a asegurar fondos estatales y federales adicionales para construir proyectos de restauración muy necesarios en el mar de Saltón”, señaló Ortega.
Durante mucho tiempo ha habido tensiones entre los dos distritos, pero también han tenido una relación productiva al colaborar en la gestión y conservación del agua, puntualizó John Fleck, director del programa de recursos hídricos de la Universidad de Nuevo México.
Fleck agregó que se entristeció cuando Imperial no firmó el Plan de Contingencia de Sequía, a menudo llamado DCP (por sus siglas en inglés), porque pensaba que el distrito tenía un problema legítimo, no con Metropolitan, sino con el estado.
“Imperial se comprometió a principios de la década de 2000 para elaborar un plan que implicaría utilizar menos agua”, indicó Fleck. “Y a cambio, California prometió tomar medidas para abordar los problemas del mar de Saltón. Imperial cumplió con su parte del trato y el estado no”.
Fleck indicó que los funcionarios del IID sintieron comprensiblemente que, al condicionar su apoyo a incluir el problema del mar de Saltón en el acuerdo, “era la única ventaja que tenían para tratar de obtener algunas concesiones”.
Cuando el MWD acordó asumir gran parte de los recortes sin este distrito, eso “eliminó la influencia política que el IID pensaba que tenía: utilizar la necesidad de un DCP a fin de obtener más concesiones de California y del gobierno federal para lidiar con los problemas del mar de Saltón”, subrayó Fleck. Al final, el resultado fue que uno de los principales usuarios de agua del río quedó fuera del proceso.
“Creo que es realmente importante que el mayor usuario de agua de la cuenca participe, y sea parte de la discusión en el futuro para resolver los problemas del río Colorado”, agregó Fleck. “Los problemas del río solo se van a volver más difíciles, y que las partes principales colaboren en la búsqueda de soluciones en lugar de enfrentarse es de enorme importancia para nuestra capacidad de resolver estas dificultades”.
Bajo el acuerdo, Imperial obtendrá la capacidad de almacenar algo de agua adicional en el lago Mead. Los funcionarios del IID también acordaron retirar una demanda de 2020 en la que habían acusado al MWD de violar un acuerdo al desviar y usar parte de su agua.
Esta disputa surgió de los detalles del DCP, con respecto a cómo se suponía que las agencias manejarían el agua almacenada en el embalse.
“Cuando negociamos los pactos, parte de los acuerdos le dio a IID almacenamiento adicional en el lago Mead, porque como parte del DCP, todos obtuvieron almacenamiento añadido”, mencionó Bill Hasencamp, gerente de recursos del río Colorado del MWD.
Las complicaciones comenzaron cuando las negociaciones sobre el acuerdo se prolongaron más de lo planeado originalmente, lo que llevó la firma, de 2018, hasta 2019.
“Así que negociamos un acuerdo como puente por separado con IID que decía, dado que tenemos espacio adicional en nuestra cuenta de almacenamiento, retendremos su agua durante un año y luego la pondremos en su cuenta del lago Mead cuando se apruebe el DCP”, informó Hasencamp. “Y debido a que no aprobaron el DCP, tampoco ese acuerdo, no almacenamos agua para ellos como esperaban. Dejamos en claro que era un paquete. Ellos sintieron que no, que debimos haber almacenado el agua independientemente de eso”.
El MWD recibió el agua porque se consideró “agua no utilizada” según los términos de un acuerdo anterior, señaló Hasencamp. Ahora, con la disputa resuelta, agregó, “estamos dividiendo el agua y devolviendo el 60% al IID, mientras nos quedamos con el 40%. Así que estamos dividiendo el desacuerdo”.
El MWD, con sede en Los Ángeles, suministra agua a ciudades y distritos de agua que atienden a aproximadamente 19 millones de personas en todo el sur de California.
Con la disputa superada, gerentes de las dos agencias señalaron que volverán a trabajar juntos en planes para hacer frente a la situación cada vez más grave en el río Colorado.
“Siete estados, dos naciones, varias tribus de nativos americanos, innumerables ciudades y granjas, todos dependen de las aguas del río Colorado”, subrayó Adel Hagekhalil, gerente general del MWD. “Sin embargo, el nivel actual de dependencia no es sostenible. Solo trabajando juntos podremos equilibrar este río”.
El río ha sido asignado en repetidas ocasiones durante mucho tiempo bajo el Pacto del Río Colorado de 1922, así como los acuerdos posteriores, y la larga sequía solo ha empeorado el desajuste entre la oferta y la demanda. Gran parte del delta del río en México se secó hace décadas, dejando solo pedazos de humedales naturales.
El pacto de sequía de 2019 incluyó dos acuerdos separados: uno para los estados de la Cuenca Alta de Colorado, Wyoming, Utah y Nuevo México, y otro para las entidades de la Cuenca Baja de California, Arizona y Nevada.
Desde que se firmó el acuerdo en la presa Hoover, los últimos dos años han traído un calor y una aridez feroces que han intensificado la sequía de dos décadas en el suroeste. La investigación científica ha demostrado que el río Colorado es sensible al calentamiento y que el aumento de las temperaturas provocado por la quema de combustibles fósiles está agravando la sequía, lo que contribuye a la disminución del caudal del río.
El nivel del agua en el lago Mead ha disminuido drásticamente y se prevé que continúe cayendo. El embalse cerca de Las Vegas, el más grande del país, ahora se encuentra a solo el 34% de su capacidad total, el nivel más bajo desde que se llenó en la década de 1930, después de la construcción de la presa Hoover.
El lago Powell, el segundo embalse más grande del país, también ha descendido a sus niveles más bajos desde que se llenó en la década de 1960.
La Oficina de Reclamación federal ha publicado nuevas proyecciones que muestran un empeoramiento de los riesgos de que el lago Powell y el lago Mead disminuyan a niveles críticamente bajos. Las proyecciones de la agencia muestran una probabilidad de uno en tres de que Powell baje tanto en 2023 que la Presa del Cañón de Glen ya no genere electricidad.
En el lago Mead, las estimaciones muestran una probabilidad de casi una en cuatro de que el nivel del agua descienda por debajo de una elevación de 1.025 pies en 2023, un nivel de escasez grave que traería consigo importantes recortes de agua en todo el suroeste. Las probabilidades de tal escasez, según las proyecciones, aumentan al 66% para 2025.
El agua en el lago Mead ahora llega contra la costa a 1.067 pies sobre el nivel del mar, solo 22 pies por encima del umbral en el que los distritos de agua de California comenzarían a aplicar recortes.
Con estos rápidos descensos que se desarrollan, los funcionarios de gestión del agua han reconocido que el acuerdo de sequía existente parece insuficiente y que se necesitarán pasos adicionales.
El acuerdo allana el camino para que los funcionarios del IID discutan más libremente las opciones con sus contrapartes del MWD y otras agencias de agua en California. También es probable que el IID desempeñe un papel central en la próxima ronda de negociaciones, ya que los representantes de los estados trabajan para desarrollar nuevas reglas a fin de manejar la escasez después de 2026, cuando las regulaciones existentes expirarán.
“Dado que IID tiene derecho a aproximadamente el 40% del agua de la Cuenca Inferior, necesita ser parte de la solución”, señaló Hasencamp. “Habíamos descubierto una manera de seguir adelante temporalmente sin incluirlos. Pero será mejor con ellos”.
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