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De la indigencia a los homicidios: los temas pendientes de Garcetti

A woman on a bike pedals along a beach path bordered by a group of tents.
Las tiendas de campaña pertenecientes a personas en situación de calle bordean un carril de bicicleta de Venice en abril.
(Genaro Molina / Los Angeles Times)

El alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, tiene muchos asuntos pendientes.

Los campamentos de personas en situación de calle se han establecido en toda la ciudad, a pesar de que cientos de millones de dólares se han destinado a refugios y viviendas para gente de bajo ingreso. El número de pasajeros en transporte público ha estado disminuyendo durante años, pese a los miles de millones de dólares dedicados a la construcción de nuevos rieles.

Y mientras los líderes de la ciudad buscan reelaborar las funciones del Departamento de Policía de Los Ángeles, alejándose de las respuestas armadas a ciertos acontecimientos, también están lidiando con un aumento en los homicidios y la violencia con armas de fuego.

La persona que suceda a Garcetti como alcalde tendrá que enfrentar esos problemas y decidir si adoptar la agenda actual del alcalde saliente o trazar un rumbo diferente.

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Dada la insatisfacción pública con la falta de vivienda, el crimen y el transporte público en la ciudad en este momento, es casi seguro que varios candidatos que se postulen para alcalde en junio de 2022 prometerán un cambio, indicó el consultor político Dermot Givens.

En el corto plazo, es menos probable que cualquier reemplazo interino de Garcetti mueva el barco, señaló Givens. “Para ser nombrados por el consejo, tendrían que prometer que no van a hacer olas ni crear ninguna interferencia para la próxima campaña”.

El presidente Biden anunció el viernes que había elegido a Garcetti para que se desempeñara como embajador de Estados Unidos en India, un puesto que requiere la confirmación del Senado. Es un tema de debate cuánto más podría haber logrado Garcetti en los próximos 18 meses, cuando está agendado que finalice su mandato.

Los aliados de Garcetti indican que sus mayores iniciativas, expandir el sistema de tránsito del condado, dejar de usar combustibles fósiles y construir viviendas permanentes para los angelinos sin techo, siempre tomarían varios años en ejecutarse, yendo mucho más allá de sus dos mandatos en el cargo. También argumentan que partes clave de su agenda ya están completadas, como los aumentos al salario mínimo de Los Ángeles y la reciente renegociación de los contratos de los empleados de la ciudad, que redujeron significativamente los costos.

Eric Garcetti grasps the handle of a shovel, one among several stuck in a mound of dirt and decorated with purple ribbon.
El alcalde Eric Garcetti se une a los funcionarios locales y federales en la inauguración del metro en mayo en las instalaciones de VA en Brentwood.
(Francine Orr / Los Angeles Times)

Ya sea que el trabajo de Garcetti se considere terminado o inconcluso, un nuevo alcalde podría trazar un rumbo muy distinto, reemplazando a sus jefes de departamento, eligiendo diferentes comisionados voluntarios de la ciudad y siguiendo otras estrategias para abordar los mayores problemas locales.

El reemplazo de Garcetti también podría tener una visión diferente del papel del gobierno de la ciudad.

Aunque habló con frecuencia durante su mandato sobre llevar el Ayuntamiento “de vuelta a lo básico”, Garcetti sacó a las agencias de la ciudad de su zona de confort durante la pandemia de COVID-19, asignándoles tareas que no eran parte de su misión principal.

El alcalde abrió sitios de prueba de COVID-19 gratuitos, a pesar de que el gobierno del condado, no el Ayuntamiento, es responsable de la salud pública. Hizo que bibliotecarios y otros empleados de la ciudad actuaran como rastreadores de contactos. Y ayudó a convertir algunos de los lugares más reconocidos de Los Ángeles, incluido el estadio de los Dodgers, en importantes sitios de inoculación.

“Será interesante ver si un alcalde interino estará tan dispuesto a salirse de los límites como lo ha hecho Garcetti”, señaló el profesor de sociología y estudios estadounidenses Manuel Pastor, quien dirige el Equity Research Institute de la USC.

Abordar la falta de vivienda

A medida que Los Ángeles emerge de la pandemia de COVID-19, su problema más urgente es la falta de vivienda. La crisis humanitaria ha provocado llamadas públicas a la acción que con frecuencia están en conflicto, algunos exigen el retiro de las tiendas de campaña de los parques y banquetas, mientras otros insisten en que los campamentos permanezcan hasta que haya hogares permanentes disponibles para quienes los necesiten.

Garcetti prometió casi $1 mil millones para iniciativas para personas en situación de calle en su presupuesto, y el gobernador Gavin Newsom pidió miles de millones más en todo el estado. Ese dinero podría convertir este en el momento más crítico para los desamparados en Los Ángeles en casi 40 años, señaló Gary Blasi, profesor emérito de derecho en UCLA.

Blasi teme que gran parte de esos fondos se gasten en medidas temporales para hacer que los campamentos de personas sin techo sean menos visibles, sin abordar la raíz del problema. “Este es un momento de tremendo potencial que fácilmente podría desperdiciarse persiguiendo ganancias políticas a corto plazo”, comentó.

Eric Garcetti and Gavin Newsom stand near a car where a health worker is giving a shot to its driver.
El alcalde Eric Garcetti, derecha, y el gobernador Gavin Newsom recorren el sitio de vacunación contra COVID-19 en el estadio de los Dodgers en enero.
(Irfan Khan / Los Angeles Times)

Durante el año pasado, Garcetti ha asistido a los cortes de cinta para nuevos refugios, proyectos de “casas pequeñas” y viviendas asequibles construidas con fondos de la Proposición HHH, la medida de bonos de $1.2 mil millones que aprobó en 2016. También ha estado lidiando con la decisión de un juez federal, orden reciente, para sacar a la gente de barrios marginados, que ahora está en apelación.

El juez David O. Carter ha reprendido a Garcetti por concentrar tanto los fondos de HHH en viviendas permanentes con servicios sociales, que ha sido costoso y lento de construir. Esa crítica ha arrojado “un manto de incertidumbre” sobre la estrategia de la ciudad para combatir la crisis, comentó Alan Greenlee, director ejecutivo de la Asociación del Sur de California de Viviendas Sin Fines Lucrativos, que representa a los desarrolladores de casas asequibles.

“El debate se está convirtiendo en un juego de o gana uno o gana el otro” entre vivienda y refugio inmediato, señaló Greenlee. “Tenemos que hacer ambas cosas”.

Para agosto, los funcionarios de la ciudad esperan haber abierto más de 6.400 camas para personas en situación de calle (habitaciones de motel, estacionamiento nocturno y otras instalaciones) durante un período de 14 meses. Mientras tanto, los defensores de la vivienda han comenzado a elaborar estrategias sobre lo que sucede cuando la ciudad se quede sin el dinero de HHH, que solo servirá a una fracción de la población sin techo de la ciudad.

Una idea que se está discutiendo es un nuevo impuesto aprobado por los votantes, agregó Tommy Newman, vicepresidente de United Way of Greater LA. El próximo alcalde tendrá que decidir si apoya tal estrategia, subrayó Newman, y buscar formas de construir viviendas permanentes para personas sin hogar; domicilios menos costosos.

“Es el momento adecuado para tener un debate: ¿Seguimos invirtiendo en la creación de viviendas asequibles de la forma en que lo hemos estado haciendo? ¿O encontramos nuevas formas de reducir costos y construirlas más rápido?”.

El futuro del transporte público

Garcetti también ha enfrentado preguntas sobre el futuro de la Autoridad de Transporte Metropolitano, donde se desempeñó repetidamente como presidente y controla cuatro de los 13 escaños de la junta. Metro está en medio de un auge de la construcción, edificando nuevas líneas ferroviarias en el centro de Los Ángeles, en el lado oeste y en otros lugares, pagado en parte por la Medida M, el impuesto al transporte que Garcetti defendió en 2016.

Sin embargo, Metro también está luchando con la disminución del número de pasajeros. La agencia vio bajar la afluencia en sus autobuses y trenes entre semana de 1.5 millones en septiembre de 2013, poco después de que Garcetti asumiera el cargo de alcalde, a 1.2 millones en septiembre de 2019, según las cifras de Metro.

Para septiembre de 2020, seis meses después de los cierres por el COVID-19 de la ciudad, los embarques entre semana se habían reducido nuevamente a la mitad, por debajo de 600.000. Metro ahora está intentando reconstruir su afluencia.

Con los pasajeros comenzando a regresar, el próximo alcalde tendrá que averiguar qué parte de la fuerza laboral de Los Ángeles tiene la intención de trabajar desde casa de forma permanente, comentó Richard Katz, quien pasó ocho años en la junta de Metro. La respuesta, aseguró, podría alterar la demanda de pasajeros y complicar el esfuerzo por reconstruir el número de viajeros.

“Tienes que ver el impacto en el tren ligero”, indicó. “Debes observar el impacto en los desplazamientos de larga distancia”.

Garcetti ha defendido los esfuerzos para proporcionar tarifas gratuitas para niños, estudiantes universitarios y personas mayores, lo que podría aumentar el número de pasajeros, pero también reducir el presupuesto de la agencia. Al mismo tiempo, los activistas del transporte público argumentan que el sistema de Metro debería ser gratuito para todos.

Desde el brote de COVID-19, los pasajeros de los autobuses de Metro no han tenido que pagar. Pero eso podría cambiar en los próximos meses.

Rehaciendo el LAPD

Mientras Metro está lidiando con la posibilidad de obtener tarifas gratuitas, el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD por sus siglas en inglés) enfrenta demandas de cambio mucho más urgentes a raíz del asesinato de George Floyd.

El año pasado, Garcetti y el consejo respondieron a las protestas masivas por el asesinato de Floyd recortando el presupuesto del LAPD, reduciendo el tamaño de la fuerza y prometiendo nuevas medidas para quitar algunas asignaciones de las manos de la policía.

Garcetti ha adoptado un programa piloto para enviar trabajadores sociales, no agentes de policía, a las llamadas de emergencia de salud mental no violentas. Mientras tanto, las instituciones de la ciudad se están preparando para estudiar estrategias para trasladar las asignaciones de tráfico fuera del LAPD, posiblemente entregándolas a trabajadores civiles de la ciudad, como los oficiales de estacionamiento.

A man in a Black Lives Matter T-shirt and holding a Pan-African flag walks with other people down a city street.
Una multitud de casi 100 personas marchan a lo largo de Spring Street pasando por el Ayuntamiento de Los Ángeles después del mitin de Black Lives Matter-L.A. en mayo.
(Al Seib / Los Angeles Times)

Remover esta facultad del LAPD reduciría la cantidad de paradas de tránsito que terminan en violencia policial, señaló Chauncee Smith, quien administra la iniciativa Race Counts para el grupo de derechos civiles sin fines de lucro Advancement Project California. Tal medida también disminuiría el número de incidentes de discriminación racial que involucran a conductores negros y latinos, indicó.

“Ya sea que el alcalde sea Garcetti o alguna otra persona”, comentó Smith, “existe una necesidad urgente de explorar modelos alternativos de seguridad vial”.

Pero mientras los activistas han estado instando a los líderes de la ciudad a reducir los deberes del LAPD, otros han expresado su alarma por el aumento de la violencia armada.

Al 3 de julio, los homicidios aumentaron casi un 41% en comparación con el mismo período en 2019, el último año completo sin COVID-19, según las estadísticas del departamento. El número de víctimas de disparos incrementó casi un 40% durante el mismo período de tiempo.

Jorja Leap, profesora adjunta de la Escuela de Asuntos Públicos Luskin de UCLA, comentó que teme que el aumento de la violencia armada pueda provocar una reacción pública contra los programas de policía comunitaria y las asociaciones con los trabajadores de intervención de pandillas.

“Lo que me aterroriza es que la gente diga: ‘El crimen está aumentando, tenemos que detener esto’”, señaló. “Y volverán a los viejos tiempos de la vigilancia policial de mando y control”.

El próximo alcalde, interino o no, enfrentará llamadas para repensar las prioridades de gasto de la ciudad e invertir más fuertemente en barrios marginados.

Cambio de prioridades

El presupuesto más reciente de la ciudad reserva $35 millones para evitar que los angelinos caigan en la falta de vivienda y aún más para un programa piloto de ingresos garantizados en toda la ciudad, que ayudará a las familias al borde de la pobreza, según el alcalde. Esas inversiones fueron posibles en gran medida gracias a una ganancia inesperada de ayuda pandémica del gobierno federal, que se agota el próximo año.

El próximo alcalde tendrá que decidir si mantener esos programas en marcha y, de ser así, cómo pagarlos sin ese dinero federal, indicó Hamid Khan, coordinador de Stop LAPD Spying Coalition.

El grupo de Khan ha pedido durante mucho tiempo grandes recortes al LAPD, para que las ganancias se destinen a vivienda, cuidado infantil y otros servicios sociales. “¿Cuáles son exactamente las prioridades de la ciudad?”, preguntó. “¿Quiere la ciudad seguir siendo un estado policial para salir de todos estos problemas?”.

El ex concejal de la ciudad Mike Hernández cree que un cambio en las prioridades ya está en marcha, con los líderes electos de la ciudad poniendo más dinero en ayuda para inmigrantes, inquilinos de clase trabajadora y personas en situación de calle. El alcalde y el concejo, comentó, se enfrentan a “la realidad de que somos una ciudad mayoritaria y minoritaria”.

“Básicamente, estamos tratando de crear entornos que sean acogedores para todos”, señaló. “Y va a costar mucho dinero”.

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