Anuncio

Terror y pánico tras una explosión que sacudió toda una manzana de Los Ángeles: ‘Todo el mundo gritaba’

La policía se encontraba evacuando a los residentes de un barrio del sur de Los Ángeles después de incautar un gran alijo de fuegos artificiales cuando Crescensio Peña comenzó a grabar.

Peña, de 44 años, estaba atendiendo a los clientes en las calles 27 y San Pedro en su camión Chenchos Tacos cuando entró en directo en su cuenta de Instagram - justo cuando una enorme explosión sacudió la zona.

“La gente gritó y comenzó a huir en todas direcciones”, manifestó.

Peña dijo que la explosión, que se produjo cuando la policía intentó detonar los artefactos explosivos improvisados, sacudió los autos y rompió las ventanas de los negocios cercanos, incluidos los de la tienda de licores detrás de donde había estado sirviendo comida.

Anuncio

Horas después, todavía le dolían los oídos.

A major explosion in South Los Angeles damaged buildings and injured at least 16 people, including police officers, as a bomb squad was in the process of seizing more than 5,000 pounds of illegal fireworks in the area.

Una gran explosión en el sur de Los Ángeles dañó edificios e hirió al menos a 16 personas, entre ellas agentes de policía, mientras un equipo de oficiales estaba en proceso de incautar más de 2.000 kilos de fuegos artificiales ilegales en la zona.

La policía de Los Ángeles fue llamada a una casa en la cuadra 700 de la calle 27 Este por unos fuegos artificiales que se encontraban almacenados. Encontraron varios miles de libras de fuegos artificiales comerciales ilegales acomodados en hileras de cajas de 2 a 3 metros de altura.

Los agentes también encontraron artefactos explosivos improvisados “más inestables” con mechas simples -unos 40 del tamaño de latas de Coca-Cola y 200 objetos más pequeños de construcción similar- y realizaron radiografías para determinar su contenido.

Un equipo de agentes especializados en explosivos de la policía de Los Ángeles trasladó los artefactos a la cámara de hierro de un semirremolque destinado a contener dicho material explosivo, según informó el jefe de policía Michel Moore.

La policía detonó los artefactos a las 7:37 p.m., creyendo que el vehículo sería capaz de contener la explosión, pero hubo una “falla catastrófica total de ese vehículo de contención”, expuso Moore.

Los residentes y otras personas se mostraron impresionados por la enorme explosión, que dañó viviendas e hirió a 17 personas, entre ellas varios agentes de policía.

Los heridos identificados por las autoridades tenían edades comprendidas entre los 42 y los 85 años. Las autoridades dijeron que nueve agentes de la policía de Los Ángeles y un oficial de la Oficina Federal de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos fueron atendidos por heridas leves y se encuentran en buen estado. Seis civiles también fueron trasladados a un hospital, tres con heridas graves y tres con heridas leves. Un civil fue evaluado por lesiones, pero no fue transportado.

María Velásquez, de 39 años, dijo que estaba cenando con su familia cuando la policía llamó a la puerta de su casa y les pidió que evacuaran. No dijeron por qué.

Velásquez y su familia fueron a un funeral. Mientras estaban allí, empezó a recibir mensajes de los vecinos preguntando si estaba bien. Un vecino dijo que un coche bomba había detonado cerca de su casa.

Las calles estaban cerradas cuando Velásquez regresó a casa, y ella y su padre, Hilario, esperaron fuera de una lavandería. Dijeron que habían oído que al menos cuatro vecinos del mismo edificio habían resultado heridos en la explosión, dos de ellos con cortes producidos por cristales.

La puerta de su casa parecía haber volado. Las ventanas de la camioneta de Hilario estaban destrozadas.

Velásquez dijo que estaba preocupada sobre todo por su perra, Camela, que seguía en casa.

“Nunca me han gustado los fuegos artificiales”, manifestó. “Y si le ha pasado algo a mi perro, me van a gustar menos”.

Paul Sánchez, fotoperiodista de KTLA, dijo que estaba filmando la unidad de contención desde unos 15 metros de distancia cuando explotó.

“No me tiró al suelo, pero fue casi como si alguien me hubiera empujado muy fuerte”, dijo al Times.

Los oídos de Sánchez empezaron a dolerle de inmediato, pero su adrenalina hizo efecto y siguió trabajando, fotografiando las secuelas de la explosión.

Sin embargo, unos 30 minutos después, su audición “no volvía, lo que me hizo entrar en pánico”.

“Mi reportero me estaba hablando y me sonaba como si fuera uno de los padres de los dibujos animados de ‘Peanuts’, combinado con un pitido en los oídos”, expuso.

Sánchez fue al hospital, donde le pusieron en una habitación tranquila, dijo. Al cabo de una hora, empezó a recuperar la audición y el dolor de cabeza que había desarrollado desapareció.

“Estaba durmiendo cuando sentí que toda la cama temblaba. Se sintió como un terremoto muy fuerte”, dijo Maricela Cortés, de 14 años, al canal 7 de KABC-TV. “Todo el mundo empezó a correr, y yo no podía encontrar a mi madre. ... Todo el mundo estaba gritando, volviéndose loco”.

En ese momento no estaba claro qué causó la explosión.

“Está claro que se siguieron los protocolos, pero ocurrió algo en ese vehículo de contención que no debería haber ocurrido y no sabemos por qué”, dijo el jefe Moore. “Tenemos la intención de averiguarlo”.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

Anuncio